Por Nicole Vincent Fleming
Especialista en Educación del Consumidor, FTC
Tal vez Hollywood te haya hecho creer que el robo de identidad implica una docena de tarjetas de crédito que llegaron al límite, una orden de arresto, y una factura de un tratamiento en un spa a 2,000 millas de distancia. Pero en la vida real, el robo de identidad puede ser más furtivo.
Podría empezar con un pequeño cargo de tarjeta de crédito que no reconoces. O con una cuenta nueva rara que aparece en tu informe de crédito. O una carta del IRS que dice que este año ya presentaste tu declaración de impuestos. Pero el problema está en que tú no lo hiciste. Si alguien usa tu información para hacer compras, abrir cuentas nuevas o conseguir un reembolso de impuestos, eso es un robo de identidad.
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Especialista en Educación del Consumidor, FTC
Tal vez Hollywood te haya hecho creer que el robo de identidad implica una docena de tarjetas de crédito que llegaron al límite, una orden de arresto, y una factura de un tratamiento en un spa a 2,000 millas de distancia. Pero en la vida real, el robo de identidad puede ser más furtivo.
Podría empezar con un pequeño cargo de tarjeta de crédito que no reconoces. O con una cuenta nueva rara que aparece en tu informe de crédito. O una carta del IRS que dice que este año ya presentaste tu declaración de impuestos. Pero el problema está en que tú no lo hiciste. Si alguien usa tu información para hacer compras, abrir cuentas nuevas o conseguir un reembolso de impuestos, eso es un robo de identidad.
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